Leal, un perro en Tasarte

Leal era un perro que pertenecía a  la familia Delgado Sosa, mi familia materna.  
He oído ésta historia desde pequeña en todas las reuniones familiares, siempre me ha fascinado aunque he de decir que en una etapa de mi vida llegué a dudar de algunas partes de la historia. Con los años me he encontrado con gente a la que no me une ningún parentesco, ni tan si quiera lejano y me han contado que fueron testigos de estos hechos, hoy día los hijos de muchos de esos testigos también cuentan que sus padres le contaron que lo que este perro hacía era cierto, incluso su ultima y penosa historia.

-Mi bisabuelo Clemente Delgado tenía un perro, el perro se lo regaló a su hijo Antonio, conocido también como Clemente, pero mientras su hijo estaba en la guerra se hizo cargo de su cuidado y de enseñarlo,  entre las cosas que le enseñó destaco las siguientes

• A ir por el suero o tabefe a casa de Natividad un señora que por aquel entonces hacía queso, y como era usual en Tasarte tras hacer el queso se hacía el reparto del suero o tabefe, al parecer mi bisabuelo Clemente enseñó a Leal a ir a por el suero con la lechera en el hocico. Un día el pobre animal tuvo la mala suerte de que se le viró la lechera  y con mucho fundamento se las apañó para coger la lechera y volver otra vez a casa de Natividad, la buena señora le extrañó ver nuevamente el perro por los alrededores, nunca había hecho tal cosa tras servirle el suero así que lo espantó;
   - Sale pa´lla hijo el diablo ¿ no te eché el suero ya? El perro no paraba de vueltas alrededor de la casa de Natividad, hasta que la buena señora armada de paciencia le dio por mirar la lechera y vio que no tenía suero 
   – Ayyy Leal, que esparramaste el suero, espera que te pongo más, y una vez puesto el suero Leal volvió a casa con el sustento de la familia Delgado Sosa.

• Otra de las historias que se cuentan es que cuando en casa lo mandaban a por una pimienta verde iba y traía una pimienta verde, cuando lo mandaban a por una pimienta madura iba y traía una pimienta roja.
• Otra historia que se cuenta está relacionada con el molino del señor Julian en El Risco Peinado, al parecer Clemente tenía también un burro al que cargaba de millo y mandaba a Leal a que lo llevara con las riendas en el hocico al molino, allí esperaba a que se moliera el millo y tras el señor Julian cargar el gofio en el burro,   Leal volvía a conducir al burro hasta el hogar familiar.
• Y la última historia está relacionada con su muerte, al parecer hubo un tiempo en que algunas cabras y baifos de los vecinos amanecían destrozados, nadie sospechaba de Leal porque era un perro bueno y todas las noches dormía amarrado. Alguien se puso a asechar porque los destrozos eran continuos y cual fue la sorpresa de todo el mundo que el culpable era Leal. Cada noche se sacaba el collar con las patas, se iba de “caza” se lavaba el hocico en los charcos del barranco y volvía a su caseta donde dicen se ponía el collar. Finalmente lo sacrificaron como se hacía por entonces con todo los perros que destrozaba algo tan importante en esa época como era el ganado. Quizás esta historia suene a fantasía o exageración, pero de esto dan fe aún personas del barrio que lo vieron, personas serias y que no ganan nada con contar lo que cuentan sobre éste perro.
  Hoy día sabemos de lo que son capaces de hacer perros bien adiestrados.

Clemente Delgado, el que aparece en ésta historia es Clemente padre. El esposo de Prudencia Sosa.