sábado, 9 de noviembre de 2013

La Luz de Toleo (La luz de Toledo)

Historias de misterio o de miedo seguramente en todos los pueblos se pueden recoger siempre.
En Tasarte las tenemos también y la más destacada y afamada es “La Luz de Toleo”. (“La Luz de Toledo”)
Este misterio y según versiones de algunos vecinos, es una luz del tamaño de un cigarro encendido a veces un poco más grande, que aparece en la zona de Toleo sobre todo. Aunque hay testimonios que dicen que también aparece entre la Degollada de Veneguera, Las Charqueta, Las Gamonas y La Meseta, teniendo especial presencia en Toleo haciendo parada en la zona de “Los Morretillos” también en Toleo.
Hay varias historias sobre este fenómeno, aquí destacaré algunas de las muchas que hay y que son muy conocidas y que de forma escrita tienen constancia de haberse comentado entre los vecinos porque se recogen en los cantares que hacía Pepe Peñate, un hombre que improvisaba rimas donde narraba hechos que ocurrían en el barrio y a los vecinos, y además dan testimonio que así pasó personas que vivieron en esas épocas.
La primera, quizás la más conocida por todos es cuando una cuadrilla de hombres iban a trabajar a el pinar de Ojeda, pararon a descansar y a comer en Las Gamonas, y al ver luz en casa de un señor que vivía en una zona cercana uno de ellos gritó
-Ven a echarte un pisco, que hace frío y no viene mal, y al momento casi sin terminar de hablar dicen que “La Luz” se plantó en la zona en que estaban.
La segunda no tan conocida pero que aparece en estos versos, es la de un señor que subía a Las Gamonas a pastorear por el camino que había para llegar hasta allí y a la altura de La Piedra Rajada, “La Luz” se le interpuso en el camino, el hombre en señal de respeto apartó un poco su ruta y “La Luz” se le volvió a plantar delante, y así un par de veces hasta que el señor perdió un poco la paciencia y armado de valor quiso darle con su garrote, fue cuando según testimonio la luz dió un brinco y se plantó en uno de los hornos de teja de la zona, el hombre al llegar a su destino se acercó a casa de una vecina a contarle lo ocurrido y al terminar de narrarle lo vivido vio “La Luz” nuevamente en casa de esa vecina.
Dicen de señoras que se llevaron algún que otro susto viviendo en zonas muy lejanas desde las que se puede ver Toleo (Toledo) y anunciaban su presencia a otros vecinos y vecinas para que se asomaran a verla.
Hay más versiones pero como dice Pepe Peñate en una de sus rimas,
Si me pongo a recordar sobre La Luz de Toledo saco a El Quijote completo y a Callejas y a Quevedo”. Y es que son tantas las historias sobre éste fenómeno, que si se contaran todas se asemejaría a largo como el Quijote y tantas como cuentos tiene Callejas y lo de Quevedo creo que también es de entender, para aquellos que conocen el estilo de Quevedo.
Para todo lo que sucede de miedo o fenómenos extraños siempre hay quien tiene explicación. Y hay vecinos también que tienen su versión o explicación sobre esa luz saltarina, que tan pronto se podía ver en Las Charquetas como en La Degollada de Veneguera y al segundo bajando Las Gamonas Dicen los que no creen en éste fenómeno que esa luz, era la luz de los cigarros o farolillos de los visitantes y vecinos del barrio que iban y venían desde Tasarte a Mogán, incluso se dice que también había ocasiones en que las parejas se encontraban por ésta zona, aprovechando que ya la historia de miedo era creíble entre una gran mayoría de vecinos.
Cada cual puede creer o no creer, lo que si es cierto que muchos tasarteros y tasarteras, juran haberla visto saltar distancias muy largas, y otros también cuentan otras historias extrañas que por la zona vieron con sus propios ojos.


miércoles, 6 de noviembre de 2013

El reloj de Arucas.

Prudencia Sosa Aguiar, vecina de Tasarte y que junto a su esposo Clemente Delgado e hijos vivía en la zona de El Arco, salió un día a Las Palmas de Gran Canaria a un médico con sus hijas María y Leandra, una vez hecha la visita por la que se trasladaron se dirigieron a Arucas para desde allí tomar un coche que las alcanzaran a Agaete, mientras estaban en Arucas se animaron a mirar tiendas y en una de ellas su hija María vio un reloj que le gustó mucho y pidió a su madre, Prudencia, que lo comprara. Prudencia plantó el no rapidamente, pero a su hija María le gustaba mucho el reloj y seguía insistiendo, -Comprelo madre, comprelo ande ... Prudencia añadía al no nuevas razones. - No que yo no voy a llegar a Tasarte cargando con eso tan pesado, María le dijo que si lo compraba ella le ayudaba a llevarlo. Entonces Prudencia aceptó comprar el reloj y se lo arreglaron de tal forma que el péndulo que daba las campanadas no se moviera en el trayecto desde Arucas a Tasarte. Las tasarteras llegaron a El Arco por la mañana, contentas se pusieron a colocar el reloj y ponerlo en hora, eran las doce de la mañana cuando lo pusieron en hora, a las doce y media el reloj dió una campanada, las mujeres y vecinos presentes se miraron extrañados ya que esperaban doce campanadas y media, cuando era la 1 del mediodía el reloj dió una campanada eso no extrañó a nadie, lo que si extrañó es que a la 1:30 el reloj volviera a dar una campanada fue cuando pensaron todos los presentes que el reloj estaba mal y Leandra una de las acompañantes en ese viaje tan largo y que había cargado también el reloj exclamó aquello de
- Comprelo madre, comprelo madre.....ahí lo tiene con una campanada sola y Arucas que no son 3 pasos.
Con el tiempo en la familia Delgado Sosa entendieron que el reloj estaba en perfecto estado y durante muchos años contaban la historia riéndose de aquella campanada sola que los dejó a todos confundidos. Hay que entender que de ésto hace más de 70 años y por entonces los relojes de campana no eran habituales y por tanto su funcionamiento dió lugar a esta confunción.
Esta historia ha sido contada por un nieto de Prudencia Sosa